jueves, 22 de marzo de 2012

EL DIARIO EL MUNDO SE HACE ECO DE LOS RELATOS INCLUIDOS EN LAS HISTORIAS DE LA PALMILLA


  • Antonio Villanueva lleva cuatro años de trabajo con los marginados del barrio
  • Fruto de su experiencia nace un libro digital con casos reales
Jesús Ortiz García | Málaga
Actualizado viernes 16/03/2012 10:51 horas
Desde intervenciones en la Ciudad de la Justicia para que toxicómanos no acabaran entre rejas por delitos tan pintorescos como robar 100 gramos de mortadela o por no acudir a juicio porque no sabía leer la citación judicial, hasta el vecino de la Palma-Palmilla con el récord de hermanos fallecidos por las drogas y los continuos toques de queda por los enfrentamientos entre los principales clanes de la barriada. Son algunos de los temas que plasma el realizador audiovisual y abogado Antonio Villanueva en 'Historias de La Palmilla'.
La Casa de la Buena Vida, situada en uno de los cerros que rodea el distrito, se ha convertido en los últimos años en el epicentro que da cobijo a los marginados sociales: drogadictos, ex presidiarios, enfermos e inmigrantes. De las historias que se cuecen en las entrañas de este viejo caserón se nutre Villanueva en sus relatos, que decidió escribirlos "como terapia". Cuando en 2008 se adentró por primera vez en las calles de este distrito y conoció la cruzada que había emprendido Jesús Rodríguez, conocido como Chule, en la Asociación para la Integración de la Comunidad Gitana, quedó cautivado.
"Sabía que había potencial y mucho trabajo que hacer para ayudar a los más desfavorecidos. Lo que más me ha sorprendido de este barrio han sido las personas humildes que con pocos recursos han sacado a sus hijos adelante y sin meterse en problemas. Mi labor ha estado más enfocada en ayudar a los que han tenido un pasado más oscuro y conflictivo", apunta.
Fruto de su experiencia como responsable de los asuntos jurídicosen esta organización brota Historias de La Palmilla, con ejemplos de superación. "Son relatos breves en los que los delitos, la droga, la muerte o la desesperación se combinan con la solidaridad y el optimismo de personas a las que la sociedad considera deshechos y que dan por perdidas", explica.
La mayoría de los protagonistas tienen como nexo las drogas. Hombres y mujeres que con 14 años ya consumían heroína y otros que han pasado muchos años en prisión. "Son generaciones que no han tenido una oportunidad", enfatiza Villanueva. "Al principio me causó inquietud escribir estas historias porque creía que iba a seguir estigmatizando a La Palmilla como un barrio de delincuentes y desalmados, pero sólo cuento una mínima parte, la de las personas que intentan salir del agujero", añade.
Una de las historias que más le marcó fue la de Carlos 'El Morao': "Sus seis hermanos murieron por la droga y él también estuvo a punto de hacerlo, pero salió del hoyo. Su entereza sirve de ejemplo para los que llegan en una situación similar".
Villanueva se ha pateado cada rincón de la Ciudad de la Justicia para llegar a acuerdos con policías y jueces para evitar el ingreso en prisión de numerosas personas, para que cumplan sus condenas realizando servicios comunitarios en la barriada. "Un día durante el juicio del caso Malaya, acotaron una zona para la entrada de los imputados y un guardia civil me dijo que la puerta de los Malayos no es ViP sino ViCH: Very Important Chorizo. Me decían que no entienden cómo el sistema penal se ceba con delincuentes torpes que roban para comer y dejan libres a políticos que saquean las arcas municipales", subraya.
En el libro también habla de la "buena convivencia y multiculturalidad" que impera en La Palmilla "a pesar del mito de las reyertas entre distintas nacionalidades"; los entresijos y problemas de Cabriel 27, el edificio más deteriorado del distrito, el último reducto para quienes no tienen un techo donde cobijarse; o el proyecto de la 'Ruta del Cole', una lucha constante contra el absentismo escolar. Los primeros capítulos se pueden ver a través de su blog (bienestarciudadano.blogspot.com) y en unos meses saldrá publicado por la editorial Airón.

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